¿Hay algo más acogedor que sumergirse en la magia de una fondue caliente?
Ya sea que te decantes por la suavidad y cremosidad del queso derretido con una buena fondue de queso o la dulzura del chocolate que envuelve frutas frescas, la fondue es más que una comida: es una experiencia compartida que convierte cualquier reunión en un momento memorable.
Pero, ¿estás seguro de saber cómo comer fondue? No es algo evidente, ni que nos enseñen de pequeños, al menos aquí en España. Pero no te preocupes, si estás iniciándote en el arte de la fondue o simplemente quieres perfeccionar tu técnica, estás en el lugar adecuado. En este artículo, te guiaremos paso a paso para que domines el arte de la fondue.
¿Cómo usar los tenedores de fondue?
Los tenedores de fondue no son solo utensilios; son tu pasaporte al mundo del sabor. Pero, ¿cómo se usan correctamente sin terminar con queso hasta en las cejas o peor, perder tu trozo de pan en el mar de chocolate (o queso)? Aquí te lo explicamos, paso a paso y sin complicaciones.
Pincha el Pan Como un Profesional
Primero, elige tu pan con sabiduría; que no sea ni muy blando ni muy duro. Luego, agarra el tenedor de fondue y pincha el pan. Pero ojo, que no es cosa de solo clavarlo; busca el equilibrio para que no se te escape en el primer chapuzón.
El Arte de Mojar
Ya sea queso o chocolate, la técnica es similar. Sumérgelo con confianza, pero sin hacer olas. Una vuelta, dos vueltas, y listo. No necesitas hacer un tornado en la olla; con un giro suave, aseguras que cada centímetro de tu pan se cubra de glorioso queso o chocolate.
A Comer Se Ha Dicho
Ahora, el momento de la verdad. Llévatelo a la boca con elegancia (sí, aunque estés solo en casa). Disfruta de ese momento en que el queso estira o el chocolate se desliza. Pero, ¿y si gotea? Mantén un plato debajo, para evitar manchas trágicas en la mesa… o en tu camiseta, tampoco es necesario que te explique muy a fondo cómo comer el pan, hazlo como prefieras.
¡Atento, que quema!
Suena lógico, pero para mantener ese queso o chocolate en su punto de fusión ideal, necesitamos calor constante. Así que, cuando hablamos de fondue, nos referimos tanto al manjar como al cacharro que lo mantiene derretido.
Importante: este aparato emite calor, en concreto el quemador (que puede funcionar con gel o alcohol de fondue) a menos que sea una fondue eléctrica, por lo que hay que reservarle su espacio en la mesa para evitar sorpresas. Pero no te preocupes, gracias a los avances tecnológicos, los incidentes están más cerca de la ficción que de la realidad. Y si te preguntas por la regulación del fuego, es sencillo: ajusta la llama para conseguir la textura deseada, ni muy líquida ni muy espesa. El queso perfecto es aquel que, al levantar un trozo bañado, no forma hilos largos.
El tamaño importa
El tamaño cuenta, o la cantidad mejor dicho ¡y cómo! No hace falta sacar la balanza durante la cena, pero sí es importante por cuestiones de bolsillo y bienestar. Unos 200 gramos por comensal es el punto justo para que no quede comida de más y evitar ese peso en el estómago que nadie quiere. La verdadera prueba con la fondue es la moderación; si te dejas llevar por la tentación sin freno, prepárate para sentir como si tuvieras un globo gigante alojado en tu vientre las horas siguientes.
¿Con Qué Acompañar la Fondue?
Al preparar una fondue, la elección de los acompañamientos es tan crucial como el queso o chocolate mismo. Estos no solo agregan variedad y sabor al plato, sino que también pueden transformar por completo la experiencia de comer fondue. Aquí tienes algunas sugerencias para elevar tu fondue al siguiente nivel:
- Para Fondue de Queso: Los clásicos trozos de pan de masa madre o baguette son imprescindibles, pero no te limites. Prueba también con verduras crudas como brócoli, zanahoria, o apio; frutas como manzanas o peras; o incluso carnes cocidas como trozos de pollo o cerdo. Las papas al vapor también son una excelente opción.
- Para Fondue o Fuente de Chocolate: Frutas frescas como fresas, plátanos, uvas, y manzanas son perfectas para comenzar. Marshmallows, trozos de bizcocho o brownies, y pretzels también hacen excelentes dippers para un toque de sabor adicional.
- Bebidas: Para acompañar tu fondue, elige bebidas que complementen los sabores. Con fondue de queso, un vino blanco seco o una cerveza ligera pueden equilibrar la riqueza del queso. Para el fondue de chocolate, un vino tinto con cuerpo o un café fuerte pueden ser el contrapunto perfecto.
Recuerda, la clave está en la variedad y en ofrecer algo para todos los gustos. Experimenta con diferentes combinaciones para descubrir tus favoritos y hacer de tu experiencia de fondue algo inolvidable.
Sea invierno o verano
Sea invierno o verano, la fondue se disfruta durante todo el año, sin estar atada a una temporada específica. Su popularidad global creció especialmente entre aquellos que disfrutan de los deportes de invierno, quienes la adoptaron como el alimento perfecto para reponer fuerzas durante sus aventuras en las montañas de los Alpes.
No es sorpresa encontrar restaurantes de fondue esparcidos por estaciones de esquí, ofreciendo un reconfortante descanso entre descenso y descenso gracias a su energético aporte. Sin embargo, esto no significa que el verano y la fondue no puedan ir de la mano. Aunque es un plato que se sirve caliente, lo cual podría ser un desafío en climas cálidos, en lugares como Suiza, donde los veranos no alcanzan temperaturas extremas, disfrutar de una fondue sigue siendo una opción deliciosa.
Más que una receta…
La fondue trasciende lo culinario para convertirse en un verdadero evento social y familiar. Compartir un mismo recipiente, un mantel y, por supuesto, varias botellas de vino, convierte a la fondue en una experiencia colectiva por excelencia. Este plato tiene el singular poder de reunir a personas de todos los ámbitos de la vida, desde cuñados hasta suegras, creando un ambiente donde las diferencias se disuelven al calor del queso o chocolate derretido.
La naturaleza inclusiva y participativa de la fondue la hace ideal para cualquier reunión, desde un encuentro familiar hasta una cena estratégica con tu jefe. Imagina la escena:
estás buscando el momento perfecto para hablar sobre ese aumento de sueldo, y qué mejor manera de ablandar a tu superior que invitándolo a participar en el ritual de preparar y disfrutar una fondue. Mientras todos se concentran en la tarea de mezclar y sumergir con sus tenedores, las conversaciones fluyen tan naturalmente como el queso, creando el ambiente perfecto para plantear cualquier petición.
Y si la velada progresa favorablemente, al ritmo del “remover infinito” en la olla, las probabilidades de recibir una respuesta positiva a tus peticiones aumentan. En el caso de que no funcione, al menos habrás disfrutado de una excelente comida y la satisfacción de haber seguido un consejo genuino, en lugar de lamentar no haberlo intentado.
Además, cabe destacar que, según la tradición, la fondue es un plato que históricamente ha sido preparado por hombres, remontándose a sus orígenes en los pastores alpinos. Estos, aprovechando las hogueras y su aislamiento en las montañas, se dedicaban a perfeccionar esta receta. Este detalle añade un toque de camaradería ancestral al acto de preparar una fondue hoy en día, reforzando su carácter de experiencia compartida que une a las personas en torno a una mesa.
Así que nada, espero que te haya gustado el artículo y sobre todo que ya sepas cómo se come la fondue.